domingo, 2 de enero de 2011

UNA DE MORAL (34)

"La virgen vino y siguió viniendo a lo largo del tiempo. No hay un rincón de España sin una ermita con las paredes cubiertas de exvotos agradecidos, testimonio de que allí la Virgen quiso dejarnos un sitio donde rezar, pedir, y un recordatorio de que aunque la olvidemos, Ella no nos olvida.

Naturalmente que no es un fenómeno exclusivamente hispano este de los santuarios nacidos al calor de venida de la Virgen ¡ni mucho menos!. Ha habido y hay miles en todo el mundo.Baste citar Lourdes y Fátima.

Pero es que en España su número es inimaginablemente grande. Para que sirva de muestra: en Inglaterra católica antes de Enrique VIII eran famosos catorce santuarios marianos. La provincia de Guadalajara una provincia humilde y despoblada, tiene unos doscientos.

Nadie sabe exactamente cuantos hay en España: se habla de cinco mil, quince mil y hasta de veintidos mil, solo Dios lo sabe.

Es la vinculación múltiple y antigua de la Virgen y españa.

Miren ustedes: la historia de España es una historia singular, repleta de hechos únicos. Por ejemplo, sostuvimos la guerra mas larga que pueblo alguno haya sostenido para preservar su identidad, que era ni mas ni menos, que el derecho de seguir siendo cristianos en nuestra propia tierra. La humanidad no conoce otra guerra ni tan larga ni con tal unidad de propósito.

El otro día, decía en la Crónica mozárabe del 754, escrita a los 50 años escasos después de la invasión, las palabras de Pelayo al obispo don Opas que le intima a rendirse. Pelayo, dice, pelea para "que España sea salvada y se restaure el ejército".
Es el mismo propósito tenaz que podemos leer en el Rey sabio, cinco siglos después, o en las cartas de la reina Isabel la Católica que la termina, casi ocho siglos mas tarde.

Pues bien, en la batalla de las Navas, que es la batalla crucial de la reconquista, la que rechaza y destruye la invasión almohade, la que abrió las puertas del valle del guadalquivir y permitió recuperar Andalucía, en la crónica del arzobispo Jiménez de Rada, que no solo fue testigo presencial, sino jefe del estado mayor, diríamos hoy, de las fuerzas de todos los reinos de España, dondes se aunaron castellanos, aragoneses, navarros, vizcainos, portugueses y españoles ultramontanos, plebeyos y caballeros, nobles y villanos, cuando estaban rodeados por cientos de miles de combatientes almohades, irrumpieron con la cruz por delante y cito textualmente: " con las enseñas de los 3 reyes de Castilla, Aragón y Navarra venía la imagen de Santa María madre de Dios, la que de la provincia de Toledo y de toda España ha sido y fue siempre vencedora y Patrona."

Y el resultado ya lo saben ustedes, una victoria tan estrepitosa y con tan pocas bajas propias, que hasta hoy, que sabemos por la guerra del golfo que es posible que mueran cientos de miles de un bando contra un centenar de bajas del otro, ningun historiador había querido creerla."

No hay comentarios:

Publicar un comentario