"...No ha mucho, me recordaba un jefe bastante veterano la escena por él presenciada en un vagón del tren de Alcálá de Henares.
Un soldado que decía haber perdido su billete negábase a pagar otro al revisor, incrédulo de que lo hubiese extraviado.
No sabiendo el muchacho como convencer al ferroviario, púsose en pie, y, rojo de indignación, exclamó: "Yo no miento, soy de Cazadores de las Navas".
Y con tal firmeza lo dijo que acabó la porfía.
Aquel cazador poseía el sentimiento del honor de su uniforme y del prestigio de su batallón..."
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