"A última hora solo quedaba en el sangriento campo de batalla la cerrada masa de la infantería española, inmóvil, serena, haciendo frente a los cuatro lados con su terrible arcabucería.
Se encontraba pues, el vencedor, ante una ciudadela de carne humana que según la famosa expresión de Bossuelt "tenía la virtud de reparar sus brechas".
Almirante, sobre la batalla de Rocroi.
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